dilluns, 12 de desembre del 2011

Ilíada, cuatro primeros cantos

Ilíada



Cuatro primeros cantos




En la Ilíada, la guerra de Troya , que transcurre en su noveno año, se nos presenta a Aquiles disgustado con Agamenón  porque  el poeta que Crises, sacerdote de Apolo,el que hiere de lejos, va al campamento aqueo para rescatar a su hija Criseida, que había sido hecha cautiva y adjudicada como esclava a Agamenón; éste desprecia al sacerdote, se niega a darle la hija y lo despide, advirtiéndole que le dejara marchar pero que no vuelva  y Apolo se disgusta por esto, ya que Criseida es una sacerdotisa de Apolo y manda una peste a los ejércitos que dura nueve dias;  Aquiles reúne a los guerreros en el ágora y defiende al adivino Calcante, el adivino que habla para Agamenón, explica que la causa del enfado de Apolo es culpa de Agamenón, por no devolver a Criseida,Agamenon se defiende diciendo que le gusta más que su mujer.
Agamenón se indigna, y dice que si devuelve a la hija de Crises(o de Apolo) se le debe dar otra recompensa y Aquiles le dice que se espere a acabar la guerra y le acaba insultando al rey de hombres, casi matándolo, pero no lo hace por influjo de la diosa Atenea y Agamenón manda quitarle a la esclava de Aquiles, Briseida. Criseida es devuelta a su padre  mediante Ulises y otros griegos. Aquiles pide a su madre que suplique a Zeus que ganen la batalla los Troyanos para que Agamenón aprenda la lección, Tetis; la semidiosa lo hace, subiendo al Olimpo  y crea una disputa entre Zeus y  Hera pero que gracias a  el dios Hefesto se para.
Zeus cumple con el deseo de Aquiles, enviando un sueño a Agamenón, con forma de Néstor; el pastor de hombres, el hombre que el Atrida Agamenón más honraba, para que deje la guerra y vuelva a casa. Entonces Agamenón, insensato, cree que va a conquistar Troya, por Zeus y sus tramas .Agamenón  reúne a todas las tropas para contarles el sueño, insuflar coraje y buenas esperanzas a los aqueos, reúne al consejo y los demás aprueban su propuesta. Néstor se levantó después y expone  su opinión que provoca que todo el ejército se reúna al poco tiempo en el ágora donde Agamenón expone su discurso y defiende que vuelvan a casa.  Hera; la de níveos brazos, al escuchar esto manda a Atenea a convencer a los griegos que no abandonen la lucha y  estos tras discutir entre ellos deciden quedarse y luchar. Se nombran todos ejércitos y reinos griegos que siguen al Atrida Agamenón.
Ocurren  grandes batallas entre troyanos y griegos, que se encontraron Paris; el de más hermosa figura, un príncipe de Troya en la primera fila de los troyanos  y  Menelao a la cabeza de las tropas griegas.  Paris al ver a Menelao se agazapó un poco entre su grupo y Héctor le vio y le dio una reprimenda que acabó por decidirse que entre Paris y Menelao se decidiera el destino de esta guerra, quien ganara se quedaría con Helena y los demás marcharían en paz. Propusieron hacer por parte de los dos ejércitos un juramento.

En ese momento la mensajera Iris;  la de los pies ligeros, fue en busca de Helena; divina entre las mujeres, para que fuera a ver lo que ocurría entre Menelao y Paris, le dijo que quien ganara habría matado al otro y haría de ella su esposa. Helena llegó donde se encontraba Príamo, y fue señalando los nombres y cargos de los diferentes diligentes griegos hasta que Príamo fue llamado a la llanura.
Cuando llegó, fue al espacio que había entre troyanos y aqueos, Agamenón, Ulises y los capitanes griegos se levantaron a la llegada de Príamo, después hicieron los ritos para el juramento, sacrificando unos corderos. Después Ulises y Héctor, el de tremolante casco midieron el campo y echaron a suertes quien atacaría primero.
Paris y Menelao se armaron, con sus mejores galas. Se pusieron en la mitad entre ambos ejércitos, mirándose. Paris atacó primero pero solo le dio al escudo sin rayarlo, después ataco Menelao, lanzó la lanza y atravesó el escudo hiriendo la piel de Paris, después desenvainó la espada pero se partió al darle en el casco, Afrodita fue actuando en ayuda de Paris, para evitar a toda costa la muerte de Paris y se lo llevó donde  no lo podía ver Menelao. Afrodita llama a Helena, para que se reúna con Paris, aunque ella no la cree al principio  pero después asustada la siguió hasta donde estaba Paris. Mientras Menelao lo buscaba por el campo de batalla, furioso, Agamenón dijo ante todos que al haber abandonado, había ganado Menelao.
Los dioses en el Olimpo discutían sobre la situación, donde dijeron que si Menelao se llevaba a Helena de vuelta, la ciudad de Troya; la de anchas calles, quedaría intacta. Hera y Atenea insistían en que continuara la guerra, pues querían que ganaran los griegos mientras que Zeus, prefería que se dejaran las cosas y se enfrentaba a Hera en la oposición de su opinión. Hera mandó a Atenea a que hiciera que continuara la batalla entre aqueos y troyanos. La batalla continua, a Menelao lo hieren pero no de herida mortal, aunque Agamenón ya vaticina vengarse de Troya.   
 Los ejércitos de los griegos marchaban  continuamente y sin interrupción a la lucha. Los capitanes daban órdenes a los suyos respectivos, y éstos andaban callados y temerosos de sus caudillos, Los troyanos avanzaban también, en manada organizada. No era igual el sonido ni el modo de hablar de todos y las lenguas se mezclaban. Cuando los ejércitos llegaron a juntarse, chocaron entre sí los escudos, las lanzas y el valor de los hombres armados  corazas de bronce, y al aproximarse los abollonados escudos hicieron mucho ruido.

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